Para hoy me he propuesto un reto. Una de esas bandas de las
cuales escuchas dos canciones, te dicen que es muy buena y tú reniegas de ella
hasta que un día, por aburrimiento, te pones a escucharla… y te encanta. Hoy
vamos a hablar de Muse. Esta entrada es atípica. Basándome en cada disco de
ellos, voy a dar una opinión seria y clara de la banda, disco por disco. Me han
dicho que son como Dream Theater, que en cada disco hacen una cosa distinta. A
ver si es verdad. Y el disco con el que empiezo es: Resistance, el más nuevo.
Este disco comienza con Resistance, el single principal por
lo que tengo entendido. Un temazo que te hace moverte desde el primer momento.
No va a ser una crítica del disco, sino más en cuanto a los sonidos
característicos de la banda, por lo que no hablaré canción por canción. Lo que
sí que destaco desde ya es el magnífico uso del teclado desde el primer momento
del disco, con lo que ya se me tiene ganado. No hablamos de cualquier músico.
Mathew Bellamy, además de tener una voz peculiar que no entra a la primera,
pero engancha, es multiinstrumentalista. Toca guitarra, teclado, canta… Como un
Daniel Gindëlow a lo mainstream más o menos, que no deja de ser igual de bueno
por otro lado.
Tengo que decir por otro lado que me parece muy acertada la
idea de tener una línea de bajo compleja y que además se escuche. Al ser sólo 3
músicos, el tener uno capado por la guitarra no es lo apropiado, y esto le da
una dimensión superior al disco. La ambientación conseguida con los teclados,
insisto, es una auténtica gozada. Desde Undisclosed Desires comenzamos a ver
una clara influencia del rock espacial, que pueden tocar bandascomo Angels
& Airwaves(a la que nada tienen que envidiar) o en menor medida, por el uso
del teclado, Depeche Mode. También juegan con los ritmos orientales. De algo
que me he percatado es que Bellamy en muchas ocasiones canta de una forma que
me recuerda a Freddy Mercury, y eso me gusta mucho. Me parece curioso que se
ponga a cantar en plan ópera. Curioso que toquen una obra de Chopin al final de
Collateral Damage, le da un toque solemne al disco.
Es un disco de contrastes. Tan pronto están tocando a Chopin
como en la siguiente canción se marcan un tema bastante “esperanzador” en lo
que a sonido se refiere, muy inspirado en U2. Pero aún con todo, también tienen
momentos para riffs cañeros de guitarra, con la potencia que Bellamy sabe darle
con su inconmensurable voz. Y aún con todo tienen tiempo para ritmos algo más
funkys, y con mucha reminiscencia a las obras clásicas del Romanticismo.
Y llega la parte: y ahora cómo me excuso de haberles puesto
a parir? Soy un neo progressive rock fan, ya lo sabéis. Y las últimas tres
canciones de este disco son una suite, la Exogenesis Symphony. Y comienza con
una orquestación preciosa. Lo que me he estado perdiendo todos estos años. Al
menos aún tengo tiempo de remediarlo, y comenzar a hacerme fan de esta banda. Un
solo disco, y me han enamorado. También es cierto que soy enamoradizo por
naturaleza, pero es que enamorarse de este grupo es muy fácil, en serio. Con
esto lo dejo por hoy. Una entrada un poco… Atípica. Un saludo!
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