“Oh Dios mío! Rubén! Te estás volviendo loco! Cómo puedes
tener un blog en el que hablas de los Dioses de la música y después analizas
música comercial?”
Mi yo del pasado me mira fijamente a los ojos mientras me
susurra: te has vendido. Yo le miro fijamente y le digo: parece que te has
comido a ti mismo. Y es que así e, desde que comencé a escribir en este blog,
han pasado 3 años, muchas mentes por mi cabeza y unos 28 kilos que se han
esfumado. En uno de esos periodos de madurez intelectual que he tenido, ese fue
el de abrirme musicalmente. Y ello ha llevado a toparme casi de casualidad con
esta joya: Matchbox Twenty. El disco que voy a analizar es el más reciente,
North. Para que los que quieran sigan leyendo y los que no, pues no, esta banda
hace pop rock. Bien, ahora seguimos.
Desde la primera canción, Parade, te das cuenta de que no
ofrecen nada nuevo. Estribillos facilones, melodías pegadizas y letras bastante
simples. Quizá es eso lo que me llama la atención, lejos de los pentagramas
llenos de notas imposibles y de solos de infarto. Aún con todo, queda bien.
Guitarras que hacen más melodía que riffs pesados, obviamente. Una voz acorse
con el grupo, haciéndose a si mismo los propios coros, una batería simple pero
efectiva, y un bajo que… no se escucha. Las guitarras se encarga de taparle.
She’s so Mean es su primer single, un tema muy enérgico, que con el nombre te
haces a la idea que de catástrofes no va precisamente. Muy bonito y pegadizo. Y
bailable. Yo, en breves, dadme tiempo. Pronto me sorprenden con una guitarra
acústica en Overjoyed. Lo cierto es que la voz de Rob Thomas te engancha desde
el primer momento. Es un tema muy lento, para escuchar agarrados.
Ahora caigo! A este grupo ya le conocía, por su canción This
is how far we’ve come, un temazo sin duda, pero no les ubicaba hasta ahora. La
duración de los temas es corta, no llega a los 4 minutos en la mayoría de los
temas, lo que los hace más dinámicos y accesibles. Lo destaco porque la media
de canciones analizadas en este blog es de 490 minutos aproximadamente. Fuera
de bromas, sigue Put you Hands Up, un tema con la guitarra a lo funky, para
bailarlo. Vamos a hacer una cosa, todos sus temas son bailables, así me ahorro
el tener que ponerlo 13 veces en la review. Un sintetizador muy chulo que suena
por ahí en el estribillo, y quizá, a mi gusto le faltaba un ritmo a palmas como
en She’s so mean. Pero eso ya es gusto mío. Un tema fundamentalmente
electrónico es Our Song, en el que las guitarras están solo de adorno casi,
pero que aún así, queda genial.
El disco pasa, con canciones como I Will(tema acústico
precioso), English Town(apoyado en un piano, con una atmósfera algo tristona e
inquietante pero que gana potencia al final, sonido de trompetas incluido) y
How Long(algo más alegre que las anteriores, apoyada en sintetizadores y un
ritmo chulo de batería), muy parecido al siguiente tema, Radio. The Way sigue
el esquema de las canciones anteriores, apoyado en teclado y batería. Like
Sugar tiene un ritmo de batería muy pegadizo, con una voz etiborrada en
ocasiones de sintetizador, con un teclado que conforme pasan las canciones gana
protagonismo, relegando la guitarra. Sleeping at a Wheel se aleja un poco, es
un tema que va de menos a más, inspirado al más puro estilo U2. Me gusta. El
disco se acaba casi sin que te des cuenta, y eso es sinónimo de trabajo bien
hecho. Al igual que esto, que espero que os haya gustado tanto como a mi
escribirlo. A ver si con suerte el viernes traigo otra review. Un saludo!
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